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Roquetaillade
es un monumento histórico ejemplar. Desde la prehistoria,
los hombres se instalaron en este lugar, aprovechando del abrigo
de las grutas y los promontorios para defenderse. Carlomagno
durante su paseo hasta los Pirineos en compañía
de Roland, mandó construir la primera fortificación
en este lugar. Con la evolución de las técnicas
de construcción y de defensa, la fortaleza pasó
de la madera a la piedra, y se amplió a medida del pasaje
de los distintos señores.
En 1306, el Cardenal
de la Mothe construyó una segunda fortaleza con el permiso
del rey de Inglaterra, Eduardo I : el Castillo Nuevo de Roquetaillade.
La posición política de su tío, el Papa
Clemente V, fue sin dudas la razón por la cual fue construido
un castillo de semejante envergadura, siguiendo las últimas
técnicas del arte militar con el del saber vivir señorial.
El conjunto constituye hoy en día un ejemplo único
de la arquitectura feudal en Francia. |