Historia del castillo

 

  Roquetaillade es un monumento histórico ejemplar. Desde la prehistoria, los hombres se instalaron en este lugar, aprovechando del abrigo de las grutas y los promontorios para defenderse. Carlomagno durante su paseo hasta los Pirineos en compañía de Roland, mandó construir la primera fortificación en este lugar. Con la evolución de las técnicas de construcción y de defensa, la fortaleza pasó de la madera a la piedra, y se amplió a medida del pasaje de los distintos señores.

En 1306, el Cardenal de la Mothe construyó una segunda fortaleza con el permiso del rey de Inglaterra, Eduardo I : el Castillo Nuevo de Roquetaillade. La posición política de su tío, el Papa Clemente V, fue sin dudas la razón por la cual fue construido un castillo de semejante envergadura, siguiendo las últimas técnicas del arte militar con el del saber vivir señorial. El conjunto constituye hoy en día un ejemplo único de la arquitectura feudal en Francia.

 
  Durante el Renacimiento, Roquetaillade experimentó su primera restauración. Se abrieron numerosas ventanas, permitiendo entrar la luz en las grandes salas, que se tornaron de este modo más habitables. Éstas últimas, de espacio amplio, fueron a su vez dotadas de soberbias chimeneas.

 

Chimenea Renacentista, Sala Sinodal

 

La habitación rosa, creación de Viollet Le Duc
  Roquetaillade es además una de las más grandes restauraciones del célebre arquitecto francés Villoet Le Duc ( Carcassonne, Mont Saint-Michel, Notre-Dame de Paris, Pierrefonds… ). El mobiliario y la decoración ( clasificados como monumentos históricos ) albergan los gruesos y austeros muros, que provocan el asombro para el visitante.

 

 

Roquetaillade, antes de la restauración de acuerdo con un estampa de Léo Drouyn, 1846

Roquetaillade, en la actualidad

 

Eugène Viollet le Duc, 1860

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